Me declaro partidaria del libro de vacaciones. Sé que las vacaciones son para disfrutarlas, pero los niños tienen casi 3 meses para ello. Y es que 3 meses es suficiente tiempo para olvidar muchas de las cosas que se han aprendido durante el año. No estoy hablando de dar una clase en casa cada mañana o cada tarde, pero sí de hacer algunos ejercicios que mantengan la agilidad mental.
Algunos consejos para conseguir que el libro de vacaciones no se convierta en un trasto inútil más:
- Paso 1: La presentación. Presenta a tu hijo el libro de vacaciones como un libro de actividades divertidas. Hay actividades para pegar, para cortar, para leer y para rellenar. Lo vamos a pasar pipa haciéndolo, ¿tú crees que sabrás hacerlo? Seamos realistas, si les dices a los peques que les han comprado un libro de deberes te van a lanzar su mirada asesina más elaborada
- Paso 2: ¿Cuándo empezamos? Cualquier momento es bueno para empezar las actividades, aunque conviene dejar una semanita entre las clases o los campamentos y el comienzo de las actividades
- Paso 3: ¿Cuándo lo hacemos? Es importante que tomes la costumbre de sentar a tu hijo todos los días a hacer los ejercicios. Sin tele y sin distracciones. Es mejor que sea en un momento tranquilo, mejor por la mañana y que NO sea antes de ir a hacer algo divertido. De lo contrario, se ponen tan impacientes que hacen cualquier chapuza a toda prisa con tal de acabar lo antes posible
- Paso 4: ¿Le ayudo? Si te quedas delante de tu hijo haciendo los deberes, van a querer que siempre estés presente. Está bien si te pones a su lado haciendo cosas para ti como leer un libro o estar con el ordenador y así no se moverán de la silla y tú estás cerca si necesitan ayuda
- Paso 5: ¿Cuánto tiempo? 15 o 30 minutos diarios es suficiente. No se trata de estar en el cole, solo de seguir ejercitándose
- Paso 6: ¿Y durante nuestras vacaciones? ¡Claro que sí! ¡Qué solo es un ratito!
- Paso 7: ¿Lo corrijo? ¡Claro! Luego te pasarás el día subiéndole la autoestima contando lo bien que lo ha hecho. Por último te recuerdo que tus hijos por lo general no van a ponerse solos a hacer deberes, es tu responsabilidad también hacer un seguimiento. ¡Ten un poco de fuerza de voluntad!
Algunos consejos para conseguir que el libro de vacaciones no se convierta en un trasto inútil más:
- Paso 1: La presentación. Presenta a tu hijo el libro de vacaciones como un libro de actividades divertidas. Hay actividades para pegar, para cortar, para leer y para rellenar. Lo vamos a pasar pipa haciéndolo, ¿tú crees que sabrás hacerlo? Seamos realistas, si les dices a los peques que les han comprado un libro de deberes te van a lanzar su mirada asesina más elaborada
- Paso 2: ¿Cuándo empezamos? Cualquier momento es bueno para empezar las actividades, aunque conviene dejar una semanita entre las clases o los campamentos y el comienzo de las actividades
- Paso 3: ¿Cuándo lo hacemos? Es importante que tomes la costumbre de sentar a tu hijo todos los días a hacer los ejercicios. Sin tele y sin distracciones. Es mejor que sea en un momento tranquilo, mejor por la mañana y que NO sea antes de ir a hacer algo divertido. De lo contrario, se ponen tan impacientes que hacen cualquier chapuza a toda prisa con tal de acabar lo antes posible
- Paso 4: ¿Le ayudo? Si te quedas delante de tu hijo haciendo los deberes, van a querer que siempre estés presente. Está bien si te pones a su lado haciendo cosas para ti como leer un libro o estar con el ordenador y así no se moverán de la silla y tú estás cerca si necesitan ayuda
- Paso 5: ¿Cuánto tiempo? 15 o 30 minutos diarios es suficiente. No se trata de estar en el cole, solo de seguir ejercitándose
- Paso 6: ¿Y durante nuestras vacaciones? ¡Claro que sí! ¡Qué solo es un ratito!
- Paso 7: ¿Lo corrijo? ¡Claro! Luego te pasarás el día subiéndole la autoestima contando lo bien que lo ha hecho. Por último te recuerdo que tus hijos por lo general no van a ponerse solos a hacer deberes, es tu responsabilidad también hacer un seguimiento. ¡Ten un poco de fuerza de voluntad!